fUTBOL bONITO O rESULTADO
Eterna discusión futbolera, y eterno desenlace del debate: “¿Qué prefieres, jugar bien o ganar?” Ante tan manida pregunta, lo más normal es que un italiano responda que ganar, y que un brasileño te diga que jugar bien… y ganar. He ahí el quid de la cuestión. No conozco a nadie que prefiera jugar mal, a cambio de dar espectáculo. Se da la circunstancia de que, normalmente, el hecho de jugar bien y ganar suelen ir cogidos de la mano, con lo cual, los amantes del fútbol espectáculo suelen terminar bien contentos. Aunque, siendo francos ¿Quién no es amante del fútbol espectáculo? Ahora bien, jugar mal no siempre significa la derrota. De hecho, más que jugar mal habría que hablar de jugar feo, o poco vistoso. Eso es otra cosa, porque jugar mal, lo que se dice mal, es la causa de una derrota. Si juegas feo y ganas, has jugado feo. Si se juega feo y se pierde, se ha jugado mal.
Esta temporada puede ser histórica para el F.C. Barcelona por dos aspectos: 1) a falta de un mes de competición, aspira a los tres títulos a los que optaba a principio de la temporada; 2) su juego, como ha demostrado partido a partido, es lo más parecido a lo que entendemos por fútbol espectáculo. Está a falta de muy poquito de ganarlo todo, pero no lo ha hecho todavía. Auguro que ganará dos de estas tres competiciones – Copa, Liga y Champions-, porque el calendario aprieta y porque es muy difícil el cruce con equipos ingleses en la Copa de Europa. Pero, centrémonos en la Liga. El Barça se ha encontrado este año con un grano en la parte más incómoda de su cuerpo. Ese escozor llega desde el Santiago Bernabéu. En Can Barça no entienden lo que pasa, no les entra en la cabeza. Ni a muchos otros, incluidos algunos madridistas. ¿Cómo el Real Madrid, jugando feo, inconstante, remontando… está a sólo cuatro puntos del líder? Hay que recordar que el Barcelona lleva el récord histórico de la liga, es decir, la mejor temporada de la historia de ningún otro equipo en la amplia historia liguera. Y el Madrid, a cuatro puntos, cada vez más cerca, cada vez más fuerte de moral… y a la espera del gran clásico de los clásicos, el partido del siglo –como cada año- en el Santiago Bernabéu. El Barcelona es favorito, pero el Madrid lleva dos años jugando feo y ganando dos ligas consecutivas.
Nos podemos remontar años atrás, y demostrar que el eterno debate entre el jogo bonito y la eficacia ha estado en boca de todo aficionado al fútbol. Pero quiero centrarme en dos en concreto, que son tan significativos que merece la pena que sean tratados. El primero empieza con una adivinanza: Cuatro veces campeona del mundo (1934, 1938, 1982, 2006) y dos finales perdidas (1970 y 1994); campeona de Europa (1968) y una final perdida (2000). Un palmarés como este sólo lo puede lograr la selección de Italia. Un equipo al que se le ha acusado, no sin razón, de rácano, defensivo, antifútbol, sucio… Sí, y tetracampeón del mundo. Así se escribe la historia. La efectividad italiana no es un defecto, es una virtud trabajada desde hace décadas, y que le ha hecho ganar un buen puñado de títulos, sólo superado por la gran selección de Brasil. La liga italiana es un soberano coñazo, hablando en plata, y los partidos de su selección, normalmente, sacan de quicio. Pero ahí están, orgullosos, los aficionados de la selección Azzurra, entendiendo que su juego es parte de la filosofía de su fútbol.
Otro ejemplo ilustrativo del eterno debate era la guerra entre Menotti y Bilardo, Bilardo y Menotti. Dos ex jugadores argentinos que continuaron su carrera balompédica como entrenadores… y con filosofías diferentes de juego. Tan es así, que el mundo del fútbol se dividió entre Menottistas y Bilardistas. En teoría, Menotti aboga por el juego de toque y control de balón, mientras que Bilardo es más destructor, más práctico. Y, lo mejor de todo: los dos se proclamaron campeones del mundo como seleccionadores de Argentina –Menotti en el 78 y Bilardo en el 86-. Ángel Cappa, que se dio a conocer en España por ser el entrenador ayudante de Jorge Valdano –Menottista confeso-, definía así el Menottismo y el Bilardismo: “El Menottismo es como los Reyes Magos: uno espera siempre a los equipos de Menotti con ilusión, sin saber qué le van a traer. Y Bilardismo es el señor que le dice al pibe de 4 años: “Los Reyes Magos son los padres, así que te doy un pulóver que te hace falta para el invierno y punto”.
En definitiva, no hay una ley, jugar de una manera u otra no es más que formas diferentes para alcanzar un fin común que, en este caso, es la victoria. El cómo lo haga cada equipo es una cosa diferente pero, si se llega a ese fin, qué duda cabe de que se trata de un trabajo bien hecho. Háganse entrenadores.
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