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La tarde que yo quiero…
La tarde que yo quiero
se escribe con tus ojos,
la conquista él con su
alma,
y el niño con su mística
la inventa.
La tarde que yo sueño
sabe a menta y a canela,
la dibujas en la arena
con tu temple y tu
tesón.
Y toreas, como
siempre,
y me gusta,
como nunca,
y mandas en el ruedo,
con carisma y con
verdad.
La tarde que yo elijo
lleva aroma de tu
esencia,
la quietud de su templanza
y el orgullo del guerrero.
Y me invento en
mi esperanza
el cartel de la ilusión:
Juli, siempre,
jamás faltes,
Perera, obviamente,
y Talavante,
ya lo ves!.
Y ya estáis
para la gloria
ahí los tres.
Y en la plaza
sopla el viento, pero a
ti no te molesta,
tú toreas como nadie,
y tú bailas tu capote,
y se anuncia ya
la terna del olé.
Juli, Perera y Talavante,
es la tarde que yo
quiero,
en el ruedo a ti veo
mientras sangra tu toreo
y la Luna asoma, tibia,
tras el sol
de un día gris
y la gente aplaude,
siente y vuelve
a sentir.
La tarde que yo pienso,
es calmada y soñolienta,
entra octubre por la esquina,
y en el pueblo huele a vino
y a café.
Juli, templas tu mirada,
faena bien engarzada,
blanco y oro tu vestido,
magistral tu voluntad.
Ligazón y mano baja,
y la plaza que suspira…
muletazos que fascinan
y tu estampa tan bravía…
y la música, queriendo,
suena ya…
En la tarde que yo quiero,
tú indultas al primero…
y Perera re-confirma su
valor.
Exquisito y muy torero,
con belleza y sin temor,
él torea, manda,
exprime…,
y el público le envía
su calor.
En la tarde de mis sueños…
su quietud desafía al miedo,
no se mueve, no se mueve…
y el viento viene y mece…
mece y mece
el sabor de su ilusión.
Y el niño Talavante
con maestría y con candor
se enfrenta
a un burel
que da pavor.
Quieto, quieto…
bien plantado,
tan inquieto y especial…
su toreo sabe
a mentes de otro hogar…,
tan firme, tan entero,
filosofía oriental,
su maestro le sonríe,
es sonrisa silenciosa,
y la espada
entra directa
y va a matar…
La tarde que yo quiero
la escribe mi deseo…
Juli en hombros,
qué torero!...
y Perera le acompaña…
Talavante es el tercero…
y la plaza vitorea
con fervor.
La tarde que yo sueño
es ya noche con estrellas…
al hotel caminas tú
con tu pasión.
Cristina Padín.
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